Que la casa esté cerca del lugar de trabajo. Ese suele ser uno de los motivos que nos convencen a la hora de decidirnos por un inmueble nuevo. ¿Pero qué ocurre cuando tenemos la oficina en nuestro propio domicilio? Pues que somos unos suertudos, eso es lo que ocurre. De esta forma uno se olvida del transporte público, de tener que madrugar para evitar atascos con el coche, de caminar de buena mañana por aceras atestadas de gente. Con la oficina en casa tan solo debes saltar de la cama a una hora razonable, prepararte un café en la cocina y sentarte delante del ordenador. Así te conviertes en tu propio jefe: tú mismo te impones tus horarios, te castigas con broncas y te das la enhorabuena. Y es que las felicitaciones no tendrían que parar de llegarte con semejante comodidad, siendo tu casa el lugar donde echas horas para ganarte el jornal. Ahora bien, si estás pensando en montar un despacho en tu hogar, aquí tienes algunas ideas para incentivar tu imaginación.
Vamos allá. Te vamos ayudar a que nos des envidia:
1. Con un caballete y una tabla de madera pueden hacerse verdaderos milagros. Porque trabajar desde casa es una especie de prodigio, ¿no?
2. La luz natural del día es capaz de iluminar tus mejores ideas. Ubicar tu mesa cerca de una ventana es un clásico que nunca falla.
3. Trabajar en equipo aporta resultados más que productivos, sobre todo con espacios como este.
4. Motivarse con metas ambiciosas en fechas determinadas. Echar un vistazo a la pared para ser consciente de los plazos de entrega.
5. El color blanco transmite paz, irradia luz. Trabajar en medio de tanta blancura garantizará que tus proyectos estén impecables.
6. A día de hoy, el palé se aprovecha para cualquier cosa. Sí, también para que montes tu propia mesa con un estilo de lo más rústico.
7. Aunque si lo tuyo es rescatar muebles antiguos de su fatal destino para armar un espacio de los más vintage, adelante.
8. La inspiración también procede del trabajo de otros, aquel que está estampado en libros. Por eso instalar una librería no es ninguna tontería.
9. Un diseño industrial no tiene por qué pertenecer siempre al de una fábrica. Si estás pensando en algo así para tu oficina, habrás tenido una buena idea.
10. Pero tampoco es necesario disponer de mucho espacio para rendir al máximo. Un pequeño rincón donde dar rienda suelta a tu ingenio será más que suficiente.
No todo el mundo puede permitirse tal lujo. ¿Eres tú uno de los afortunados?