No es nada fácil encontrar el hogar de muchas de nuestras personalidades. La gran mayoría se ha caracterizado por actuar siempre en silencio, sin demasiados aspavientos, dándose a conocer meramente con su trabajo. Este ha sido el perfil de Mario Vargas Llosa, por lo menos durante una gran parte de su vida. A finales del año pasado saltó a la palestra por su presunta vinculación con los Papeles de Panamá y, entre carambolas, ha salido a la luz la que es su vivienda principal en la capital española. Bueno, también está interviniendo de manera constante en el conflicto catalán que existe en dicho país.
La humilde morada de Mario Vargas Llosa
Está situada en la Calle Flora. Un lugar céntrico de la historia de Madrid. De todas las viviendas que tiene, que son muchas, siempre ha sido su favorita y en la que más ha preferido escapar cuando ha tenido la oportunidad. Vamos, que es la que ocupó con su anterior esposa y la que ahora presenta el escenario predilecto para la convivencia con la actual.
En sí, cuenta con doscientos ochenta y tres metros cuadrados construidos y treinta de terraza. Entre estas paredes se han construido gran parte de las historias que han visto la luz, pero también los ensayos publicados a modo de azote contra los movimientos nacionalistas en una España que ya siente como propia, después de tantos años.
Un país que, además, se siente muy orgulloso de contar con él entre sus filas. Después de todo, no hay mejor patrio que el que elige serlo.
¿Tiene algún secreto la casa de Mario Vargas Llosa?
Nos alegra que nos formules esta pregunta. Porque sí, es así. Se trata de una vivienda que está hipotecada. ¿Sabes por qué? Para hacer frente a la deuda de dos millones de euros que el escritor mantiene con Hacienda.
Cuál será el desenlace de esta complejidad judicial es complicado de decir. Aun así, nosotros no vamos a jugar a adivinar nada. Si ha operado mal, pagará las consecuencias. Hasta ese momento, habrá que seguir disfrutando de su ya demostrada calidad literaria.