Alquilar un hogar es una tarea de alto riesgo. Pero no, no solo para el propietario como algunos dicen por otros lugares, sino para ti también. ¡Ya está bien de que siempre se ponga el foco de la sospecha sobre ti, inquilino! ¿Sabe el mundo a lo que tú te arriesgas? Tener un mal casero es peor que el dolor más agudo de úlcera que te puedas imaginar. Por ello izamos la bandera de tu barco, creemos en los ideales de tu navío y estamos aquí para contarte como, cual buen corsario, puedes hallar al arrendador perfecto.
Las cuatro características del arrendador perfecto
Como verás a continuación, no es demasiado complicado reunir estas características. Cualquiera podríamos hacerlo. Solo necesitamos voluntad. Lo que pasa es que la mayor parte de los propietarios no la tienen y luego te toca pagar el pato a ti. Por ello, si estás buscando al arrendador perfecto, es necesario que cumpla con estos cuatro requisitos.
- Legalidad.
- Realismo.
- Responsabilidad.
- Comunicación.
¿Quieres que hablemos un poco más sobre ellas?
Legalidad
Que te plantee un contrato por escrito, sencillo y claro. Sin elementos rimbombantes y palabras vagas. Lo importante es que toda la relación quede clara. Tanto, que de lo escrito no se pueda desprender lugar a dudas.
Por ello es fundamental que te cerciores de que no te está intentando colar ninguna cláusula abusiva o confusa con la que luego obtener el ventaja en caso de conflicto.
Más que la legalidad, una de las características fundamentales de todo arrendador perfecto es la predisposición a una actitud de concordia.
Realismo
Cuando hablamos de realismo nos referimos al costo de la mensualidad. ¡Que no se suba a la parra, por favor! Que te proponga un precio acorde a las características y a la zona donde se encuentra situada la vivienda.
Es muy habitual que el propietario trate de aprovecharse del potencial desconocimiento del inquilino para obtener un mayor beneficio, pero, desde luego, ese no es el camino del arrendador perfecto. Desconfía de él.
De esta manera, nuestra recomendación principal es que te mantengas al tanto de los precios del mercado. Solo así podrás asegurarte de que no te dan vaca por liebre.
Responsabilidad
Una relación contractual es una cosa de dos. Al igual que tú cumples con tus obligaciones, él tiene que hacer lo propio. De esta manera, asegúrate de que vaya a desarrollar todo aquello que firma y que luego no te va a dar largas, como si la historia no fuera con él. Va y mucho, que sois coprotagonistas de toda escena.
De esta forma, el arrendador perfecto no tendrá que oponer ninguna pega al hecho de hacer frente a los pagos que le toquen según el contrato.
Comunicación
Como elemento fundamental de una relación de arrendamiento buena encontramos la cercanía entre tú y el arrendador perfecto. Que no, que no tenéis que convertiros en mejores amigos. Y seguramente esto sería hasta perjudicial, pero sí que exista complicidad y predisposición de apoyo si ocurre algún problema.
Vaya, que sea capaz de generar un ambiente en el que si tú acudes a solicitarle algo no te rechace sin más. Que escuche. Y también viceversa.
Estos son los cuatro atributos que tiene que tener el arrendador perfecto. ¿Tú sumarías alguno más a la lista? ¡Déjalos en los comentarios y cuéntanos tus experiencias positivas y negativas con otros propietarios. Seguro que sirven de ayuda a una gran cantidad de gente.