Obsesionados con el espacio exterior durante milenios, nos hemos olvidado de algo importante. La raza humana ha tomado menos en serio la investigación de lo que tenemos más cerca. Vivimos rodeados de agua y ni siquiera somos capaces de imaginar los secretos que alberga en sus profundidades. Si existe la magia, tiene que estar allí. Nada más que el mar es capaz de hacer nacer las sonrisas como la de todos esos que deciden escapar de la realidad para remojarse en su humedad y sonreír la contemplarlo como si no hubiera nada más bonito en el mundo.
¿Dormir en habitaciones submarinas es posible?
Cada día miles de profesionales se preguntan si habrá vida más allá, si en otra galaxia habrá posibilidades de albergar a nuestra especie cuando este planeta se consuma. La cantidad de quienes anhelan bucear hasta que nuestro cuerpo no pueda aguantar la presión es ínfima en comparación a quienes desean volar en naves especiales. Seguramente, por efecto de las películas.
Nosotros nos empecinamos en dormir en habitaciones submarinas desde ese momento en el que una película Disney protagonizada por una Sirenita se empeñó en mostrarnos la jarana y el cachondeo que se trae la fauna marina cuando no hay ninguna persona mirando.
Vale. Sí, es posible que no todo esté basado estrictamente en la ciencia. ¡Pero sin investigarlo en profundidad tampoco podemos descartarlo con todas las de la ley! Hasta que despertemos y un algún alma tirana tenga la desfachatez de arrancarnos los sueños seguimos en el mundo de la insomnia con el anhelo efímero de perdernos en estos guateques.
Una habitación submarina en un hotel en las Islas Maldivas
Por ahora, al menos nosotros, no hemos desarrollado branquias. El sueño de dormir abrazados a tiburones es una utopía que esperemos que no llegue nunca. A los jóvenes siempre les han obsesionado la familia de los Lamniformes, pero anda que no habrá grupos animales menos peligrosos con los que poder cumplir esta fantasía de entonar canciones sobre la amistad, el amor y encontrarse a sí mismo a medida que crecemos. Con un cangrejo con acento argentino nos damos por satisfechos. No es pedir demasiado, ¿verdad?
Hasta que este sueño juvenil de una noche de verano se pueda cumplir tenemos otra opción disponible. Eso sí, va a haber que escapar de toda pesquisa infantil, pues el coste de llevar a cabo este fetiche no está al alcance de ningún chaval (bueno, seguramente alguno habrá). Por 50.000 dólares tienes la posibilidad de descansar en una habitación submarina en las Islas Maldivas. ¿Qué mejor que soñar entre tiburones?
Muraka aguarda tu llegada
Muraka es el nombre que recibe la suite del hotel Conrad Maldivas Rongali Island. Han bautizado con este apelativo a la habitación debido a que en el idioma nativo significa “Coral”.
Su estructura cautivará los designios de los amantes de las profundidades marinas. Compuesta por dos niveles, la totalidad del piso inferior se encuentra sumergido. Allí se puede hallar una habitación y una sala de estar. Por supuesto, con las paredes cual cristales para poder sentir la magnificencia del océano en todo momento.
Tendrá que pasar tiempo hasta que podamos habitar en igualdad de condiciones bajo el mar. Seguramente muchos no querrán emerger en esta aventura ante la realidad de que lo desconocido asusta. Pero aun así, tal vez haya alguien que disfrute del riesgo y que entienda que no hay mejor manta en el mundo que un océano que te recubre por completo.