Ahora que la navidad está a la vuelta de la esquina, hay una fecha marcada en color rojo en tu calendario.
El 8 de diciembre está a la vuelta de la esquina y hay que ponerse serios, que en esa fecha tienes que tenerlo todo preparado para decorar tu hogar de puro espíritu navideño.
Este año te propongo un reto de magnitudes bíblicas. Quiero que decores tu hogar de tal manera que el espíritu navideño entre, pero se niegue a abandonarlo nunca.
Y para eso la fecha señalada en color rojo es el momento perfecto para que por tu chimenea empiece a entrar la magia.
El origen milenario del árbol de Navidad y su impacto en tu salón
Dicen que lo importante de cada momento se mide por su capacidad para dejar sin respiración a quienes lo comparten y los recuerdan.
Que a veces un instante parece cotidiano, pero que en cuanto abres la perspectiva eres capaz de ver la magia.
Por ello cuando comprendas la trascendencia del pequeño gesto del árbol de Navidad comprenderás que su presencia en tu salón es fruto de una corriente milenaria que ha cruzado océanos, mares y se ha asentado en todos los continentes.
La idea loca de un árbol en el hogar como centro de la decoración surge en suelo europeo mucho antes de que fuera dominado por los cristianos, así que tienes que echar la vista atrás muchísimo tiempo.
Estos pueblos celebraban en fechas similares el nacimiento de Frey, dios del Sol y de la Fertilidad.
Y como los cristianos eran más listos que nadie, decidieron que alterar sus costumbres poco a poco en lugar de acabar con ellas.
Y así el árbol de Navidad comenzó a homenajear a la figura de Jesucristo.
Cada adorno de Navidad tiene un sentido
Y aunque ahora muchos señalen estas fiestas y afirmen que se trata tan solo de un invento consumista para sacar los billetes de tu cartera, una historia tan larga como esta se merece más respeto.
Así que durante unos instantes quiero que finjas conmigo que nada de eso importa y que estamos por encima del bien y del mar. Ponte las gafas del espíritu navideño:
- Estrella: representa la fe que debe guiar la vida del cristiano. Así, es el símbolo de la estrella de Belén.
- Bolas: representan las manzanas de San Bonifacio.
- Luces: recuerdan a las velas que representan la luz de Cristo.
- Colores. Cada color tiene un significado propio:
- Azul: implica la reconciliación.
- Plata: representa el agradecimiento.
- Oro: significa la alabanza.
- Rojo: evoca la petición.
Y como todavía estás a tiempo de preparar todo para la maravillosa fiesta que está a punto de llegar, te pido que te pongas en marcha y empieces a encontrar las piezas para decorar.
Prepara tu árbol y tus adornos, que con su presencia vas a evocar melodías y villancicos en las mentes de tus visitas.
Consigue que la magia impregne hasta el último rincón de tu hogar. Que nosotros ya estamos para allá.
¡Que ya casi es Navidad!